Es el país donde se rompió la ortoxia, la nación que espanto
al sistema establecido al negarse a responder por los errores de sus bancos.
Pero ahora es la envidia de los países europeos. Para ellos es el retorno a la
recesión; para Islandia, un año de crecimiento y caída del paro.
El FMI acaba de publicar su última revisión sobre el estado de
Islandia y las previsiones dicen que este año su economía crecerá un 2,4%, con
un consumo privado tirando al 3% y compensando la caída de la inversión pública
fruto de las medidas de austeridad. Y es que, sí, la temida consolidación fiscal
ha llegado a todas partes, pero en Islandia lo hizo "a su manera", en
palabras del FMI. Proteger el estado del bienestar se puso por encima de todo.
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